domingo, 13 de marzo de 2011

Regalos envenenados. Barrera y el sobrero.

Puro Berlanga. El maestro buscando a la alcaldesa, para que llame al presidente, para que éste llame al que se sepa el Reglamento, para el que se sabe la norma le dé, o no, permiso para echar otro toro. Foto: Alberto de Jesús




Plaza de toros de Valencia. Feria de Fallas. Primera del ciclo. Lleno de no hay billetes. Toros de Victoriano del Río y de Cortés para Enrique Ponce, Vicente Barrera y el Juli. 



Se celebraba la reinauguración de la plaza de toros de Valencia, un acto pomposo, anunciado a bombo y platillo, con el que algunos políticos se han pretendido apuntar un tanto por el simple hecho de cambiar el aspecto de la gradería de una plaza que cuenta con siglo y medio de historia. Cuando pongan la cubierta es de esperar que hagan otra reinauguración. Ya metidos en faena, antes de empezar el festejo, se obsequió con una placa conmemorativa, supongo, a Vicente Barrera, diestro valenciano retirado como quien dice, y al que se le ha dado la oportunidad de estar en Fallas en detrimento de otros, ¡ay Urdiales!, en forma de homenaje. El caso es que la tarde se convirtió en el Festival pro Vicente Barrera.

El ganado, digno de tan cascabelera cita, con animales feucos, chicos, muy mal presentados, unos entipados en la lagartija serrana, muy abundante por la sierra de Guadalix, otros, como el sexto, amorfo en sus hechuras. En cuanto a presentación, sólo se salva de la quema el cuarto. Un fraude para la afición levantina, que paga a precio de billete de bussines class viajes en clase turista. Eso era por fuera, porque por dentro, yacían la más absoluta podredumbre, estériles de casta, inválidos como un veterano de la guerra del Vietnam, dieron con sus esqueletos varias veces por los suelos. No hemos tenido que lamentar la pérdida de ningún rocín en el tercio de varas. El quinto, tan descastado y parado que no pudo terminar de hacer su trabajo, se murió apuntillado por un tercero después de echarse cuando no iría más de media faena. El garbanzo blanco de la corrida ha sido el buen tercero, cumplidor sin más en varas, y que regaló veinte embestidas francas para terminar rindiéndose al final. En séptimo lugar saltó a la arena el sobrero de Zalduendo, que resultó según tipo y comportamiento de la casa: una porquería soberana.

No merece demasiado la pena explayarse en la labor de los toreros. A Ponce se le vió como siempre, contra el toro de siempre y sus maneras de siempre. Para unos habrá estado bien, sin más; mientras que para otros ha aburrido sin más, pero bien. Vuelve a dejar la sensación de que es un torero que no tiene nada ya que contar, más aún si renuncia a las grandes citas, que es donde se ve más exigido de sacar a reluciar su maestría, que la tiene.

Vicente Barrera, del que decían en la retransimisión que se parece a Manolete, por esa comparación simplista y facilona en la que cualquier torero que haga su eje más vertical ya es el Monstruo*, topó con un lote soso e inválido. El quinto, como hemos reseñado anteriormente, murió de descaste. Su primero, pasaba y se movía con la misma expresión del que oye llover, con la famosa toreabilidad por bandera, se dejó hacer y no se vió correspondido. Sin alma, abúlico, apagado, Barrera no fue capaz de calentar a un personal que no necesita de mucho combustible para caldearse. La vergüenza, indigna, vino con el séptimo, un pitorrito de Zalduendo, regalado en moda importada del otro lado del charco. Con la plaza ya vacía, pues había empezado a llover a la muerte del sexto, seguramente de manera profética, pues estas materias negras de Zalduendo son para la tauromaquia como una de las plagas de Egipto. Dicen los estudiosos del reglamento que tiene un vacío, y que por ello suceden estas cosas. Yo no iría tan allá, pues con un poco de torería y profesionalidad esto no pasaría. No es entendible, ni excusable, que Vicente Barrera negocie en el burladero y barrera con la alcaldesa de Valencia, el padre del Juli -que no tiene porqué estar durante la lidia en el burladero de matadores-, el presidente de la Diputación o Isidro Prieto entre otros. Sólo faltó allí la mujer barbuda. Es de buen compañero, y buen torero, estar atento al ruedo cuando hay un tio jugándose la pelleja. Creo que le cortó una oreja, y tan contento. Tanto que amenaza con volver.


El Juli le dió fiesta al tercero, bravucón y noble. No estuvo por encima del toro. En su haber, la mano baja, arrastrando la muleta, sin perderle pasos al oponente, que por momentos embestía con cierta transmisión. En su contra, el poco ajuste, ninguno, la falsa hondura del muletazo, desplazar al negrito para afuera y lejos no es torear hondo. Sorprendió tambien negativamente la falta de temple, uno de los puntos fuertes del torero de Velilla, que dió muchos muletazos -otro de sus "puntos fuertes"- de una manera muy acelerada y descompasada. No mató a la primera y perdió las dos orejas. Al toro, se le ovacionó, injustamente.  En el sexto, con hechuras más para topar que embestir, estuvo envalentonado, sin volverle la cara a un animal que llevaba la suya por los aires y que no se pirraba por seguir las telas del madrileño. Como no anduvo muy acertado ahora tampoco con los aceros perdió otra hipotética oreja. Tampoco estuvo fino Julián yéndose nada más doblar el séptimo, sin despedirse de la plaza saliendo por la puerta de cuadrillas. Sus motivos tiene: torea el domingo por la tarde en Olivenza y tiene que viajar. Colaría sino fuera porque Ponce torea también el domingo, y por la mañana, en Olivenza y no abandonó la plaza antes de tiempo... 

Detalles, hay que cuidarlos.



* Hará un par de semanas, el bueno de Gerardo Ortega, en el programa radiofónico "Va por Ustedes" (Onda Cero Navarra) comentó que Thomas Joubert "Tomasito" se parece a Manolete hasta hablando. Que ya es coincidencia, que compartan acento un cordobés de principios del siglo XX y un francés de principios del siglo XXI. Y raro que alguien conozca perfectamente el timbre y tipo de voz de Manolete...

1 comentario:

pedrito dijo...

Como lo dicen muchos testigos de la tarde escandalosa: una "GRAN" corrida!
¡ De mierda, si!!!!!!